Cultura y tradición
Porro sabor de la cultura pelayera
“El porro pelayero es un porro palotiao en cambio el porro de la costa atlántica es un porro tropical así lo afirma Vladímir Madera fundador del festival cultural en san Pelayo”.
Por: Yulis Andrea Flórez Ramos
Entre trompetas , platillos, bombos , clarinete y bombardinos se escucha el porro palotiao en San Pelayo , una idea que nace en 1964 en el año 76 cuando este pueblo cordobés cumplía 200 años , llevando como nombre primer “primer festival del porro y bicentenario de Pelayo ”.
Aunque esta tradición desde el comienzo fue hecha para mantener una cultura dentro del municipio, desde el año 2005 la junta de acción comunal es la encargada desde entonces en organizar estas fiestas.
Vladimir madera fundador del festival del porro asegura que, “estas fiestas son aprovechadas para la presentación de aspirantes al gobierno y muchos de los que se la gozan llegan solo para ver cantantes que la junta de acción comunal contrata y se le da poca atención a las bandas.
Lo que ha logrado que la cultura por el porro se pierda poco a poco entre los habitantes de San Pelayo ; sin embargo cuentan con dos bandas tradicionales llamadas, “banda María Varilla y banda San Juan ” estas siguen luchando por llevar el buen nombre y lograr rescatar lo poco que aún queda de esta cultura dentro del municipio.
Acompañadas por bandas invitadas a las que al llegar al pueblo hospedan en un colegio, les dan comida, guía turística y les piden traer hamacas para dormir, llenan de alegría a sus visitantes y nativos en tiempo de fiesta,Logrando entusiasmar a muchas personas a bailar en medio de la noche y velas que poco a poco se derriten en sus manos y sintiendo así el sabor a cultura pelayera que el porro les brinda.
A pesar que no se cuenta con un complejo de María varilla arquitectónico que iba hacer regalado por la asociación de ingenieros de Córdoba, el cual iba a tener un hotel un subterráneo para camerino y tarima automática la fiestas en honor al porro a estado y se sigue manteniendo viva llevándose a cabo en el tan común complejo cultural que se observa hoy en día en tierra pelayera.
“se contaba con seis al tareas de tierra para la elaboración que se quería para este complejo cultural pero la alcaldía nos quito parte de estas tierras para convertirlo en viviendas”, así lo afirmo madera.
Lo más triste e insólito de este festival es saber que la escuela de María varilla desapareció a causa de la pérdida de 300 instrumentos musicales que habían sido donados por España, de los cuales se dice que algunos músicos los empeñaron y los dejaron perder y ni el municipio ni la alcaldía y mucho menos los aprendices hicieron algo por rescatar lo que un día fue de admirar.
Pero queda la satisfacción de saber que a pesar de tener tropiezos el sonido de la trompeta y la boza y esta por ser el momento en que predomina el clarinete y que suele suspenderse la percusión del bombo e iniciarse el golpeteo del palo sobre la tablilla forman diferentes melodías que llenan de entusiasmo y alegría a las personas que aun aman y respetan esta música.
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